espantar los espantos y los miedos
escuchar las palabras que se dicen en la noche
Velar el sueño.
Su arsenal consiste en una mano presta
para acariciar y calmar las pulsaciones,
un murmullo para las respiraciones entrecortadas,
un oído para los suspiros
Un disfraz del deseo. Y un beso tranquilizador
Así armado viaja el guardián por la noche
Soñando amaneceres con sol.
Y bocetando sonrisas y mimos,
velando el sueño.
1 comentario:
Juro que aquella mañana las pesadillas salieron, las pusimos en palabras, entraron por tus oídos que escucharon con amor y tus labios sanaron el alma cansada de balbucear por las noches.
Tus manos ahuyentaron esos fantasmas...
gracias, amor.
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